Según el profesor de psicología, Gordon Asmundson de la Universidad de Regina en Saskatchewan, Canadá varios de los factores que se atribuyen la desobediencia de las normas impuestas por los gobiernos se debe a múltiples factores psicológicos en las personas que generan distintas maneras de responder a la contingencia.
Según sus estudios, esto nos ha dividido en tres categorías; los que responden en exceso, aquellos que no lo hacen y los que están en un punto medio.
Los primeros podrían ejemplificarse como los compradores de pánico, personas asustadas que intentan llenarse de suministros. Los segundos son aquellos que desobedecen las recomendaciones de los servicios de salud pública y que se consideran invulnerables a la infección por el virus.
En el caso de aquellos que están en la zona intermedia, son las personas que acatan las ordenes con normalidad sin necesidad de exaltarse o de entrar en pánico.
Otros de los factores que pueden influir a la desobediencia de las personas podría ser que estas se encontraran viviendo solas, están hartas de vivir tanto tiempo en el encierro. Mientras que otros piensan que no es su problema ya que en su región no se presentan casos tan marcados como en otras partes.
Las personas abrumadas por la cantidad de información sobre el tema del Covid-19 a veces se vuelven insensibles llegado cierto punto, provocando que estas le den muy poca importancia a la contingencia.
El caso de pensamientos individualistas de las personas o gobiernos, como los que se han presentado en Estados Unidos, y el hecho de que algunos estados se den la libertad para realizar una reapertura antes de tiempo dando como resultado un repunte en el número de casos confirmados.
Una de las maneras de persuadir a las personas para que adopten las medidas de prevención por voluntad propias, es modificar el tipo de mensaje que se da. Sin embargo aunque algunos creen que provocar miedo podría tener efectos positivos en las personas, otros lo ven como algo contraproducente.
Con información de: CNN
