Científicos consideran la muerte de estos animales como un “desastre de concervación”.
Con más de 350 muertes de estos animales en el norte de Bostwana, el número de elefantes hallados sin vida se ha multiplicado desde mediados de junio, con un 70 por de casos encontrados alrededor de varios pozos de agua, según han reportado medios locales, los cuales prefieren permanecer en el anonimato.
“Esta es una muerte masiva en un nivel que no se ha visto en mucho, mucho tiempo. Fuera de la sequía, no sé de una muerte que haya sido tan importante”, alertó el Dr. Niall McCann, director de conservación de la organización benéfica National Park Rescue, con sede en el Reino Unido.
Aunque las muertes continúan apareciendo, el gobierno de Botswana no ha analizado muestras, por lo que no hay datos de que es lo que esta causando estas muertes, o si esto representaría un riesgo para la salud de los humanos.
Por su parte, algunos testigos han visto elefantes caminando en círculos, señal de una discapacidad neuronal.
“Si miras los cadáveres, algunos de ellos se han caído de bruces, lo que indica que murieron muy rápido. Otros obviamente mueren más lentamente, como los que deambulan. Entonces es muy difícil decir qué está pasando”, dijo McCann.
Al mismo tiempo, el organismo advirtió que el número real de elefantes muertos podría ser mayor, debido a que los cadáveres pueden ser difíciles de encontrar.
Aunque se cree que esto podría estar ocurriendo por algún tipo de envenenamiento, los animales carroñeros deberían estar muriendo cerca de los cuerpos de los elefantes, cosa que no está ocurriendo.
También se discute la probabilidad de que el virus de la pandemia afecte a estos animales. Sin embargo se piensa que es una causa poco probable.
