Luego de 57 años, muere Connie Culp, quien recibió el primer transplante facial, casi en su totalidad, a causa de una herida de bala que le destrozó parte de su nariz, pómulo, paladar y ojo derecho. Culp, tuvo 30 crujías antes de someterse a una última que acabaría por cambiar su vida por completo, en 2008.
Dicha cirugía, tomo alrededor de 22 horas, en la que participaron un grupo de multidisciplinarios médicos y cirujanos, liderados por la doctora María Siemionow, de la Clínica de Cleaveland, en el estado de Ohio.
El procedimiento para este tipo de situaciones es tan delicado y complicado que representa varios riesgos para la salud de los pacientes, pues aunque la cirugía sea realizada con éxito, existe la posibilidad de que el cuerpo rechace el nuevo tejido implantado.
La mujer falleció el pasado miércoles, debido a una misteriosa infección, sin embargo, no se trata de algo relacionado con su cirugía , lo que quedo confirmado por la Clínica de Clevaland, donde realizaron el trasplante hace casi 12 años.
“Estamos tristes por la pérdida de Connie Culp”, publicó en su cuenta de Twitter la Clínica de Cleaveland, al asegurar que esta mujer “fue una inspiración para todos”.
Por su parte el jefe del instituto de Dermatología y Cirugía Plástica de la clínica, Fran Papay, expresó su pésame. “Su fortaleza se hizo evidente en el hecho de que había sido la paciente de trasplante de rostro con más tiempo de vida hasta la fecha”.
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El médico llegó a considerar a la mujer como una “gran pionera” y destacó que su decisión de “someterse a un procedimiento a veces desalentador, es un regalo duradero para toda la humanidad”.
Connie dedicó parte de su vida a dar charlas sobre la violencia doméstica y alentar a otras personas que se sometieron a trasplantes de cara, incluida Charla Nash, una ciudadana de Connecticut que fue mutilada por un chimpancé mascota.
