Don Mariano, un abuelito de 87 años, fue víctima de un acto increíblemente insensible: al no poder pagar la renta del pequeño cuartito en el que vivía, la dueña del lugar le quemó todas sus pertenencias y lo echó a la calle.
Debido a su edad, y a que tiene una discapacidad auditiva grave que solamente le permite escuchar muy de cerca, el ancianito originario de Coatzacoalcos no puede trabajar, por lo que su único sustento es la pensión para adultos mayores del Gobierno Federal la cual, a raíz de la pandemia del COVID-19, le fue retirada por lo que no pudo pagar su alquiler.
Luego de que le comentará su difícil situación financiera a la casera, quien fue identificada como Juana Cuazuzón de Jesús, esta se enfureció y comenzó a quemarle sus pocas pertenencias: sus tres camisas, su estufita eléctrica, una colchoneta e incluso alguna de su documentación oficial.
Triste y derrotado ante lo que había vivido, y al no contar con ningún familiar o conocido a quién pedirle ayuda, Don Mariano no tuvo opción: comenzó a vagar por las calles de la ciudad en busca de que un lugar dónde refugiarse.
Fue mientras se encontraba pidiendo una moneda para poder comer que la joven Marisol Gonzáles Rueda se acercó a él y fue cuando no pudo aguantar más el llanto y le contó a la muchacha su triste historia.
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“Me contó y pude corroborar que la señora donde rentaba como ya no pudo pagar lo corrió y no dejó que se llevará nada, para después quemar la poca ropa que tenía, una estufita eléctrica y una colchoneta, y temimos por sus papeles personales pero los recuperamos. Sentí tanto enojo, ¿cómo pudieron hacerle algo así?”, expresó la chica.
Conmovida por la situación de Don Mariano, la joven decidió publicar los hechos en sus redes sociales y solicitar ayuda para el abuelito, quien se encontraba hasta ese momento en situación de calle.
“Afortunadamente aparecieron dos ángeles, el primero me acompañó a dejar a Don Mariano a donde renta y la segunda persona fue su vecina, la señora Juana quien nos acompañó a la señora que quemó las pertenencias de Don Mariano, quiero mencionar que la señora Juana ha apoyado a Don Mariano, es una señora de buen corazón”, destacó.
La vecina de Don Mariano ha pasado a tomar el papel de su hija: no solamente le dio un techo bajo el que dormir, sino también ha comenzado a cuidarlo y alimentarlo así como a dar la cara por él ante la insensible casera.
Pese a la gran labor altruista que se ha realizado en el municipio de Coaztacoalcos, el abuelito continúa teniendo muchas necesidades, por lo que Marisol González abrió la página Ráfaga de Sol para que los interesados en ayudarlo se comuniquen con ella por ese medio.
Es preciso mencionar que se requiere apoyo con ropa, despensa, zapatos del número 6, apoyo con atención médica y muebles en buen estado para que don Mariano tenga un lugar digno de donde vivir.
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