El Pentágono redirigió parte de los mil millones de dólares reunidos de los contribuyentes estadounidenses para combatir la pandemia, a varios de sus contratistas de defensa para hacerse con nuevo equipamiento militar.
Entre ellos, nuevos motores de reacción, chalecos antibalas, uniformes de gala y otras necesidades, según The Washington Post.
La subsecretaria de Defensa para Adquisiciones y Sustento, Ellen Lord, defendió la redirección de fondos en un comunicado al mismo medio, señalando que “se debe recordar que la seguridad económica y nacional están estrechamente vinculadas” y que su base “es un nexo entre ambas”.
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El dinero fue asignado al Pentágono en el marco de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés).
Por otra parte, Jessica Maxwell, portavoz del Departamento de Defensa, mencionó que esta ley “no establece ninguna limitación”, y que ciertos gastos de Defensa eran “apropiados siempre que abordaran los impactos relacionados con el covid en la base industrial”.