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Amenazan dispositivos tecnológicos al correo postal, agoniza este tradicional modo de comunicarse

Escribir un correo electrónico frente a un dispositivo tecnológico difícilmente iguala la elección del papel, de la tinta, del tipo de bolígrafo, llevar la carta y depositarla en un buzón o esperar con ansias al cartero para recibir la preciada carta. Sin embargo el avance de la tecnología poco a poco ha ido desplazando al este tradicional modo de comunicarse, al grado de que hoy en día en Saltillo, una ciudad con más de 700 mil habitantes, menos del 0.5% aún utiliza este método. 


Ildefonso Dávila Mendoza, supervisor de Correos de México en el estado de Coahuila, confirmó el duro golpe que el uso de la tecnología está dando al tradicional medio de comunicación. 

“La llegada del internet nos pegó porque todo se empezó a manejar por redes sociales, solo algunos clientes regresaron porque es más bonito enviar una carta, porque la escribes con el corazón, pensando lo que vas a decir en ella, y un correo electrónico no es igual”, señaló el dirigente estatal. 

Dávila Mendoza indicó que la improbabilidad del acceso a sistemas de internet en comunidades al sur del país favorece a que las familias aún utilicen el servicio postal para comunicarse con sus seres queridos, o bien, enviar souvenirs a sus comunidades.

Esperemos que cuando el internet llegue hasta esos rincones del país no nos afecte tanto en el servicio postal, aunque la probabilidad existe”, puntualizó. 

Ildefonso señaló que la afición a coleccionar y clasificar estampillas postales, mejor conocido como la filatelia, aún está presente en Coahuila, pues actualmente son más de 100 personas en el estado que mantienen dicho hobbie.


A 89 años del decreto del Día del Cartero, próximo a conmemorarse el 12 de noviembre, en Saltillo existen al menos 43 trabajadores, cada uno con una ruta establecida, recorriendo gran cantidad de distancias, ya sea en vehículo, bicicleta e incluso a pie, para entregar correspondencia a los hogares de la región.  

Uno de ellos es José Alfonso Dávila Bertadillo, quien desde aquel domingo primero de julio de 1984 se incorporó a las filas del Servicio Postal Mexicano, y desde entonces recorre en su bicicleta o a pie las diferentes calles del Centro Histórico de Saltillo.

Yo tengo 36 años de cartero. Nuestra labor es repartir correspondencia día a día en sectores. Es una satisfacción muy bonita. Ver la sonrisa de una madre al recibir la carta que le mandó su hijo que anda en otro país, es muy satisfactorio y para mí es un orgullo. Mi papá también fue cartero, duró 34 años de servicio y pues más que nada le seguí yo, heredé el gusto y las raíces postales que me dejó”, señaló don José.

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