Actualmente el COVID-19 está inundando los hospitales de México pero, antes de su llegada, los infartos eran una de las principales causas de hospitalizados y muertes en el país.
De acuerdo a información oficial presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año un total de 56.6 millones de personas fallecen en territorio mexicano a causa de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos.
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Esto se traduce en que, por día, en promedio pierden la vida 289 mexicanos por un infarto, los cuales no solamente afectan a adultos de la tercera edad sino también a adultos jóvenes y hasta a niños.
Expertos en el ámbito de la medicina estiman que, para el año 2030 esta cifra se eleve considerablemente, ya que cada vez los hábitos alimenticios en las familias de México son peores y esto puede potenciar los infartos infantiles.
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“El porcentaje de menores que acude a urgencias a Médica Sur se divide en: 31% son escolares (7 a 12 años de edad), 26% son lactantes (1 a 24 meses de edad), 25% son preescolares (3 a 6 años de edad), 16% adolescentes (13 a 16 años) y 2% recién nacidos (de cero a 29 días de vida); de los cuales el 56% es del género masculino y 44% del género femenino”, reveló la Dra. Luisa Fernanda Tenorio Llano, Coordinadora de Urgencias Pediátricas de Médica Sur.
Por ello es que los médicos mexicanos no han dejado de fomentar el mejorar la alimentación, así como el hacer ejercicio ya que de esta forma los síntomas se reducen considerablemente.
