La ansiedad “es un estado emocional cognitivo que no tiene por qué estar asociado a un estímulo externo y que se caracteriza por un conjunto de síntomas persistentes que suelen ser diferentes en cada persona”, de acuerdo con Alberto Álamo, especialista del estudio de psicología online Psiko.
De ahí que ésta puede presentarse en forma de pánico, taquicardias, sensación de catástrofe o peligro inminente, cansancio, fatiga o debilidad y, en ocasiones, según apunta el psicólogo, puede también somatizarse.
Cuando tenemos ansiedad dormimos y comemos peor, cosa que a su vez nos provoca más ansiedad, además de que podemos sentir lo que se llama hambre emocional, que nos puede llevar a comer compulsivamente para tratar de contrarrestar los síntomas.
Así que quienes padecen ansiedad deben llevar una dieta variada, equilibrada y rica en frutas, verduras y hortalizas.
En este sentido, hay cinco alimentos que estas personas deben evitar.
1.- GALLETAS
crean adicción al dulce y son los que más se relacionan con este trastorno. Son los más consumidos en aquellas personas que relacionan la ansiedad con la comida”, indicó para La Vanguardia la nutrióloga de BluaU de Sanitas, Natalia Galán, quien recomendó plantas como la garcinia, vinculada con la mejoría de la apetencia de dulce, o el glucomanano, una fibra para aumentar la saciedad.
2.- CAFÉ
El consumo dependerá de la tolerancia a la cafeína de cada quien, por lo que será importante considerar no tomar más de tres tazas de café. La cafeína es un excitante y cuando tenemos ansiedad no es recomendable consumir sustancias excitantes que puedan aumentar nuestro nerviosismo
3.- ALCOHOL
Actúa como un depresor del sistema nervioso, de manera que no sólo disminuirá la ansiedad, sino que la agrave, la opción siempre será el agua.
4.- GINSENG
Si bien esta planta puede mejorar la función mental, el rendimiento deportivo y reducir la fatiga y debilidad, provoca nerviosismo y ansiedad. Es fundamental tener muy planificada la alimentación y los hábitos diarios, controlar lo que compramos y tenemos en casa y saber identificar y recompensar (nunca con comida) las conductas que conseguimos controlar en ese sentido.
5.- EMBUTIDOS
Según un estudio de la Universidad de Loma Linda (California) y publicado en Brain, Behaviour and Immunity, roedores que consumieron más grasas saturadas durante la adolescencia tuvieron más dificultades para lidiar con el estrés durante la edad adulta.
La exposición a una dieta obesogénica durante la adolescencia conduce a una maduración anormal de los sustratos neuronales que sustentan el miedo y la ansiedad.
No hay una receta para mejorar los síntomas de la ansiedad, dado que cada cuadro es único, tiene sus causas y raíces que conviene trabajar de manera individualizada.
