El pasado martes 28 de septiembre fueron asesinados dentro de una prisión 118 reos; según informaron las autoridades, la riña dentro de la cárcel sucedió porque ciertas bandas delictivas buscan ganar mayor poder dentro de los centros de readaptación; dentro de la persona estaban decenas de personas que fueron utilizadas como carne de cañón, reos que no estaban involucrados con las bandas delictivas, pero que sirvieron para mandar un mensaje claro.
Doña Marlene Palma acudió este viernes a la morgue municipal de Guayaquil para recibir el cuerpo de su hijo, un hombre que fue encarcelado por un robo; cumplió dos años de una sentencia de tres, sin embargo, no podrá regresar a casa con su esposa y sus hijos, de 5, 7 y 11 años de edad; su madre, pensando en el caso de docenas de familias, se pregunta si el estado se hará cargo de los niños ahora que les falta su padre.
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“Yo ya entré. Lo que pasa es que no encuentran la cabeza para entregarme el cuerpo, porque lo decapitaron y lo quemaron. Entonces estoy esperando el cuerpo. Ya entré y ya me ayudaron”, señaló la mujer. “Lo mataron en la segunda ola, el martes en la madrugada”, doña Marlene se enteró que su hijo había muerto gracias a los videos que circularon en Internet sobre la masacre.
Pese a que pudo hablar con su hijo, y este le dijo que se encontraba bien y escondido, horas más tarde le informaron que el hombre estaba muerto: “Yo tengo que esperar a que encuentren la cabeza, es la peor noticia que pude haber recibido en la vida. Nadie se merece una muerte así. ¡Así sean presos, lo que sea! ¡Nadie se merece una muerte tan salvaje!”, reclamó la mujer entre lágrimas.
La mujer, quien teme por el futuro de sus nietos, pidió la intervención del estado para que estas masacres, que ya son tres, se detengan: “¿Qué hace el presidente por todo esto? ¿Dónde está que no da la cara? Tantos hijos que dejan a su padre en la orfandad. ¿Dónde está?”.
Redactora Digital: Nayely Mederes
