Menos de tres días fue el tiempo que la estatua del presidente Andrés Manuel López Obrador se mantuvo de pie en el municipio de Atlacomulco, esto antes de que fuera derribada y decapitada el pasado 01 de enero.
Y, de acuerdo con fuentes cercanas al Ejecutivo Federal, este hecho causó gran molestia en él, pues contrario a lo que expresó públicamente, este sí tenía conocimiento de que dicha escultura sería instalada en uno de los municipios en los cuales ‘nació’ el PRI.
Te puede interesar: AMLO le jala las orejas a Morena por estatua en Atlacomulco: ‘No quiero nada de eso, lo he expresado varias veces’
“Adelante con ella si la cuidan y no me la pintarrajean o tiran (…) todavía me acuerdo lo que le ocurrió a la de Fox en Boca del Río, no quiero que pase lo mismo”, declaró López Obrador ante las únicas cinco personas que tenían conocimiento sobre esta figura.
Según la información compartida al periodista Alejandro Aguirre Guerrero de El Universal, fue ante estos mismos testigos que el presidente se encontraba al momento de enterarse de que su estatua había sido decapitada, esto gracias a las “benditas redes sociales”.
Te puede interesar: AMLO le ‘echará un ojo’ a las finanzas del INE y presentará un plan de austeridad
“Les dije que no la levantaran si me exponían a que la tiraran. Yo mismo he dicho que eso hacían Salinas, Fox y todos ellos y más en Atlacomulco, donde abajo de cada piedra encuentras conservadores y neoliberales (…) me expusieron y avergonzaron”, aseveran que expresó.
Inclusive, fuentes allegadas a Andrés Manuel revelaron que este derramara lágrimas pero de coraje, ya que “fue un momento muy tenso” por el cual aunque evitó verse afectado, de igual forma logró humillarlo públicamente.
