Por más de un año doña Aurora mantuvo la esperanza de que su hijo, desparecido en la central de abastos en la que trabajaba regresara a casa con vida: Pese a que las autoridades encontraron los restos del hombre un mes después de su desaparición, evitaron esta información a la familia.
El pasado mes de diciembre la Fiscalía entregó los restos óseos de un hombre desaparecido a una familia que durante más de un año había mantenido la esperanza de que estuviera vivo: Señalan que los restos estaban en la Semefo desde octubre de 2020, un mes después de la desaparición.
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Según narró doña Aurora, su hijo, Juan Carlos López López desapareció el 30 de septiembre del 2020 en la Central de Abasto de Celaya, en Guanajuato, al momento de su desaparición. Juan recibió una llamada telefónica para encontrarse con alguien y ya no regresó.
Un mes después, el 29 de octubre, agentes encontraron restos en la comunidad de Ojo Seco, que confirmaron pertenecían al desaparecido, sin embargo, no dieron aviso a los familiares. Aurora detalló que durante un año las autoridades ‘la trajeron vuelta y vuelta’, sin ningún avance en el caso.
“Ya cuando nos hablaron nos dijeron que el 97% de la genética correspondía a su hijo y el otro 99% con la mía, pero pues me entregaron, que le puedo decir que nada, yo lo recibió porque es una pena muy grande estar buscando pero aún tengo este pesar de que recibí lo que recibí, los restos óseos, porque me dicen que no había más, porque lo habían quemado, que por eso no rescataron más, que si legaran a encontrar más, ellos me avisaban”.
Redactora Digital: Nayely Mederes
