Un niño narró los momentos de terror que vivió después de que Salvador Ramos, de 18 años de edad, ingresara a su salón de clases y comenzara a disparar contra los estudiantes; él, junto a otros cuatro estudiantes, logró esconderse debajo de una mesa hasta que la policía llegó.
El pasado martes se registró una de las peores masacres en Estados Unidos; un joven de 18 años ingresó a la escuela Robb Elementary School, en Uvalde, Texas, se metió a un salón de cuarto grado y le arrebató la vida a 21 personas; entre ellos estaban 19 alumnos y dos maestras.
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Un pequeño narró a los medios el momento de terror que vivió después de que el joven entrara a su salón y gritara ‘¡es hora de morir!’; aunque no fue en su aula en la que Ramos disparó a la mayoría de sus víctimas, si fue ahí donde fue abatido por policías.
“Cuando escuché los disparos a través de la puerta, le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que no nos encontrara. Me escondí (debajo de una mesa con mantel) y le dije a mi amigo que no hablara porque nos iba a oír. (Salvador) Entró y se agachó un poco y dijo: ‘¡Es hora de morir!'”.
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Al llegar, policías les pidieron a los niños que gritaran si necesitaban ayuda, lo que funcionó como una señal para Salvador: Le arrebató la vida al niño que lo ‘delató’.
“Cuando llegó la policía, el oficial dijo: ‘Griten si necesitan ayuda’. Una de las personas de mi clase gritó. El chico escuchó, entró y le disparó. El policía irrumpió en el aula, el chico disparó al policía y los policías comenzaron a disparar. Simplemente corrí la tela y saqué la mano. Salí con mi amigo, sabía que era la policía, vi la armadura y el escudo”, narró.
El menor confirmó que las maestras, Irma García y Eva Mireles, cuyos cadáveres pudo observar, intentaron defender a sus estudiantes; usaron sus cuerpos como escudo.
Reportero Digital: Nayely Mederes
