El lunes 27 de junio fue localizado un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, en el que viajaban más de 60 migrantes; lamentablemente 53 personas de origen mexicano y centroamericano, perdieron la vida, de acuerdo a la cifra confirmada este viernes.
Tras la tragedia migrante han comenzado a revelarse algunas de las historias de los migrantes, quienes abandonaron sus países para buscar una mejor vida para ellos y sus familias, encontrando solo la muerte.
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Tal es el caso de Wilmer Tulul y su primo, Pascual Melvin Guachiac, ambos de 13 años de edad: Los niños abandonaron su país para buscar un mejor futuro en Estados Unidos y ayudar a sus familias, quienes vivían en una comunidad indígena en Quiche, en Guatemala.
De acuerdo a lo narrado por sus padres, ambos niños, quienes desde pequeños eran inseparables, tomaron la decisión de partir hacia Houston, Estados Unidos, ante las pocas oportunidades que encontrarían en Guatemala, al ser de una región de extrema pobreza.
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Antes de marcharse Wilmer, quien soñaba con tener una casa, se despidió de su padre asegurando que ‘lucharía’ el pasado 14 de junio: “Papá, voy a ir a luchar”. Después de que encontraran el tráiler que un vecino les avisó de lo ocurría, confirmándose que su hijo y su primo eran ‘pasajeros’.
La mamá de Melvin escuchó la voz de su hijo por última vez a través de un audio, en el que le confirmó que ya estaban partiendo: “Mamá, ya estamos saliendo”, horas antes de que encontraran a las víctimas.
La familia de Wilmer apoyó al menor para que partiera a Houston, en dónde tenían familiares; pagaron al coyote 3 mil dólares al inicio del viaje y le darían otros 3 mil cuando el niño llegará: Ahora no tienen dinero para el traslado de los cuerpos de los niños.
Reportera Digital: Nayely Mederes
