En un consultorio de Pakistán, un padre de familia decidió llevar a su hijo de seis años con uno de los pediatras más baratos de la ciudad de Ratodero, pues el pequeño se había quejado en múltiples ocasiones de dolor.
Cuando el médico procedía a aplicarle una inyección al menor se percató que ya no contaba con jeringas, por lo que decidió reutilizar una y la sacó del bote de la basura. Al poco tiempo el niño fue diagnosticado con VIH, siendo un caso más dentro de esa comunidad.
El pediatra respondía al nombre de Muzaffar Ghanghro, cobraba apenas 10 centavos de dólar por consulta. Al poco tiempo de que este padre de familia denunciara el hecho, se realizó una averiguación con los últimos pacientes que tuvo este pseudopediatra y el resultado fue escalofriante; 900 niños habían contraído también el VIH
De los seis hijos que este padre de familia tiene, cuatro de ellos fueron diagnosticados con VIH mientras que dos más murieron luego de haber sido diagnosticados.
El hombre no ha sido sentenciado
En Pakistán, el médico pediatra Muzaffar Ghanghro, se dice inocente y hasta la fecha no ha sido sentenciado, incluso se le sigue permitiendo que otorgue consultas médicas, sin temor a que más niños sean contagiados por el uso de jeringas reutilizables, según la investigación del medio estadounidense.
De acuerdo a la UNICEF, la epidemia del VIH sigue afectando de manera desproporcionada a los niños. Solo algo más de la mitad de los niños menores de 15 años que viven con el VIH reciben tratamiento. En consecuencia, se hallan expuestos a un riesgo elevado de muerte relacionada con el sida. Si no reciben un tratamiento rápido poco después del nacimiento, un tercio de los niños que viven con el VIH morirá antes de cumplir 1 año, y la mitad, antes de alcanzar los 2 años.
