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jue, May, 2024
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¡Encontramos un Ferrari enterrado en el patio!

No, no es ningún chiste… Hace 42 años, unos niños se encontraba jugando en el patio de su casa en Los Angeles (California, Estados Unidos), excavado para sacar lodo y construir algunos castillos de tierra. Pero, uno de ellos se topó con un trozo de metal que le impidió seguir cavando.

Viendo que no podía sacar el objeto por si solo, el niño fue a llamar a su mami para que le ayudara a quitarlo de en medio.

Momentos más tarde, la mujer quedo totalmente asombrada cuando vio que el pedazo de metal comenzaba a tomar una forma bastante familiar. Pues se trataba de un auto enterrado en su mismo patio trasero…

De inmediato, fue a llamar a las autoridades quienes no dudaron ni un segundo en ir a sacar el coche.

La razón de esto, fue que un año antes se encontraban investigando un caso en donde una joven había sido enterrada junto a su auto por un asesino.

Los mismos policías escoltaron una excavadora para sacar el auto tan rápido como fuera posible. Y así fue como de entre la tierra apareció un lujoso Ferrari 246 GTS que se encontraba casi en perfecto estado de no ser por los rayones y abolladuras que le dejaron al momento de enterrarlo y recuperarlo nuevamente.

Imágenes del verdadero descubrimiento.

Sin embargo, la policía se llevo una decepción al no encontrar ningún rastro de la joven desaparecida, lo que indicaba que no era este el vehículo que estaban buscando.

Pero aun quedaba por descubrir de donde provenía el automóvil, lo cual no presento ningún reto para los polis.

Pues resulta que quienes enterraron el auto olvidaron quitarle las placas al vehículo, por lo cual se descubrió que había sido vendido por Hollywood Sport Cars, un concesionario de autos exóticos a Rosendo Cruz, quien trabajaba como un plomero en la ciudad de Los Angeles.

Cuando los oficiales lograron dar con el ahora rico plomero, el hombre confesó que 4 años atras había contratado a unos ladrones para que robaran y lanzaran el auto a un río y lo había reportado como robado para reclamar el dinero a la aseguradora.

Aunque nunca supo que los ladrones buscarían la manera de ocultarlo en un terreno baldío para venderlo después.

Pero estos últimos tuvieron la mala fortuna de que al poco tiempo se iniciaran construcciones en el mismo campo donde habían enterrado el auto, dejando a esta joya oculta entre varias casas.

Por su parte, la aseguradora reclamó el descubrimiento para luego subastarlo por 10 dólares para tratar de recuperar su dinero, por lo cual tuvieron que darle una limpieza a fondo, ya que la tierra entró por las ventanas que no estaban del todo cerradas.

Cuando el auto se vendió, el nuevo propietario tuvo que darle una manita de gato, pero al final el hermoso auto continuo su historia viajando por las calles.

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