La noche de este miércoles la señora Marcela Aleman no durmió en su cama, sino en una silla de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
A modo de protesta, la mamá de una niña de tan solo cinco años que en el 2017 fue violada en San Luis Potosí, se ‘amarró’ a una silla de la CNDH en donde por más de 12 horas estuvo exigiendo que se atendiera el caso de su “niñita”.
A manera de protesta y luego de reunirse con la presidenta del organismo, Rosario Piedra, la sra. Alemán advirtió a los integrantes de la Comisión que no se moverá del lugar hasta que se haga justicia por la violación de su hija.
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De igual forma, durante la madrugada de este jueves, la inconforme mujer estuvo gritando desde el balcón de las oficinas de la CNDH, ubicadas en el Centro Histórico, para expresar su enojo, impotencia e inconformidad con las autoridades federales.
Pese a este ‘plantón’, la Comisión Nacional ha asegurado que la responsabilidad del caso por el que protesta Marcela Aleman y sus acompañantes es directamente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
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