Durante una de la mayores crisis migratoria en México y Estados Unidos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó más de 4 millones de dólares del Fondo de México, el año pasado con el fin de rehabilitar varios centros de detención migratoria.
Esto luego de las presiones por parte de Estados Unidos, luego de que el gobierno de Donald Trump apresurara el despliegue de la Guardia Nacional para frenar los flujos irregulares y cambiara al responsable de migración.
Esto elevó el numero de redadas, detenciones y deportaciones, lo que forzó la movilización del gobierno federal. Sin embargo, no se ha proporcionado información sobre el número de personas que pudieron haber sido trasladadas al interior o al sur de México, pero la cancillería había asegurado que más de la mitad de las personas habían decidido volver a sus países.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador apostó durante su campaña por multiplicar la cooperación con América Central, para que las personas que tuvieran que migrar lo vieran como una opción más que una obligación.
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Así mismo, prometió miles de puestos de trabajos para los migrantes, además de conceder 15 mil visas durante sus primeros tres meses de su gobierno, el pasado 2018. No obstante, esto no fue suficiente para poder frenar la crisis migratoria.
Fue hasta el 24 de junio de 2019, luego de dos semanas del acuerdo con Washington para evitar el pago de aranceles, que el presidente de México publicó un decreto que establecía que el fondo que requería “una versión que permita el mejor aprovechamiento de los recursos”.
Con esto, se autorizó el uso de dichos fondos para el “registro, control y seguimiento” del flujo de migrantes, además del “equipamiento” de estaciones migratorias.
En septiembre de ese mismo año, se utilizaron otros 14 millones de pesos para traslados de solicitantes de asilo devueltos por Estados Unidos, según se desprende del cruce de datos de dos solicitudes de información.
A pesar de que las autoridades aseguran que las mejoras a los centros, fueron una mejora para los migrantes, y además insisten en que los traslados son “voluntarios”. No obstante, Maureen Meyer vicepresidenta y directora para México de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), asegura que se está “invitando a la gente a autodeportarse”.
