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jue, Abr, 2024

Hablar ‘despacito’; la nueva norma para evitar contagios masivos de COVID-19

 Las zonas silenciosas podrían ayudar a que la propagación del COVID-19 sea menor, por lo menos así lo consideró un grupo de investigadores, después de que un estudio mostrara que hablar en voz baja limita la distancia en la que viajan las micropartículas que pudieran conducir el virus.

“Los resultados sugieren que las autoridades de salud pública deberían considerar implementar ‘zonas silenciosas’ en ambientes interiores de alto riesgo, como salas de espera de hospitales o comedores”, escribieron los seis investigadores de la Universidad de California.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró en su nueva guía que el virus puede viajar po varios metros mientras se mantiene en el aire, por ejemplo, durante clases de gimnasia, canto, entrenamientos, etc.

Las gotas microscópicas expulsadas mientras se conversan se evaporan y dejan partículas lo suficientemente grandes como para transportar virus viables, mostró el documento. Un aumento de unos 35 decibeles en el volumen, o la diferencia entre susurrar y gritar, aumenta la tasa de emisión de partículas en 50 veces.

La conversación normal está por encima del rango de 10 decibelios, mientras que el ruido ambiental en los restaurantes es de alrededor de 70.

“No todos los ambientes interiores son iguales en términos de riesgo de transmisión de aerosoles”, afirmó el investigador principal William Ristenpart.

“Un salón de clases lleno de gente, pero silencioso es mucho menos peligroso que un bar de karaoke con poca gente donde los clientes están socialmente distanciados, pero hablando y cantando con música alta”.

La cifra mundial de muertos por el virus superó los 900.000 el miércoles, mientras que los casos en todo el mundo superan los 27,7 millones, según un recuento de Reuters. Un promedio de más de 5.600 personas muere cada día, según cálculos de Reuters.

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