Tras días de intensos bombardeos constantes, este jueves se invitó a detener la guerra de Nagorno-Karabaj, entre las exrepúblicas soviéticas de Armenia y Azerbaiyán, luego de que los ministros de relaciones exteriores de ambos países fueran invitados por el presidente Ruso Vladimir Putin a para negociar la paz.
Zohrab Mnatsakanián, Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia y Djeyhun Bayrámov, por parte de Azerbaiyán se sentaron a discutir los aspectos referentes a la liberación y cambio de prisioneros de guerra y también para discutir las condiciones que tiene cada país durante una reunión celebrada en Moscú.
Sin embargo, los combates no se detuvieron y Azerbaiyan hizo alarde de los avances de su ofensiva. Además de proponer Moscú como lugar para un primer encuentro cara a cara, Putin pidió el pasado jueves a los eternos enemigos que cesasen las hostilidades como gesto humanitario, y que la tregua se dedicara a intercambiar prisioneros y fallecidos.
Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, mencionó que la iniciativa se produjo tras un activo trabajo del presidente de Rusia, quien en sus días previos había mantenido conversaciones con sus colegas en Ereván y Bakú.
Por otro lado, durante el encuentro el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, lanzó una transmisión en donde compareció ante sus compatriotas en televisión para anunciar que su ejército había tomado varias poblaciones y remarcar su intención de “recuperar los territorios por cualquier medio”.
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“Se han llevado negociaciones durante unos 30 años. ¿Hubo algún cambio? ¿Nos han devuelto al menos un centímetro de nuestras tierras? No”, subrayó. Y dio a Ereván “la última oportunidad” para retirar sus tropas de Nagorno Karabaj y volver, pero solo después, a las negociaciones.
Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, comentó ayer desde el Eeván que su país está listo para reanudar el proceso de paz “según declaraciones hechas en los últimos días por los presidentes y ministros de Exteriores de los copresidentes de Minsk”.
