Tras la pandemia de COVID-19 que azota actualmente al mundo, millones de personas podrían ser empujadas a la pobreza extrema, así lo han dado a conocer agencias de la ONU, que temen que se dispare también las cifras de desnutridos, pues en la actualidad se estiman 690 millones, sin embargo, esperan que el 2020 cierre con 820 millones si no se toman cartas en el asunto.
De acuerdo a información obtenida por Aristegui Noticias, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han advertido en un comunicado conjunto del reto sin precedentes que representa el Covid-19 para la salud pública, los sistemas alimentarios y el mundo laboral.
Ante el hostil pronóstico, las organizaciones estiman que la mitad de la población del mundo puede llegar a quedarse sin una fuente de ingresos. El hecho pone en peligro la economía informal, con empleos con falta de coberturas sociales.
“Sin medios para obtener ingresos durante los confinamientos, muchos no pueden alimentarse a ellos o a sus familias. Para la mayoría, que no haya ingresos significa que no hay comida o, en el mejor de los casos, menos comida o con menos nutrientes”, explicaron.
Y es que no solo la falta de empleo aumenta el riesgo de que millones que no tenga que comer, sino también medidas como cierres fronterizos, restricciones comerciales, así como la disminución de la movilidad gan fracturado el mercado alimentario, quien se ha visto paralizado en los últimos meses, con cadenas de suministros completamente rotas.
En el caso del sector agrícola, la pérdida de ingresos puede llevar a malvender propiedades, aceptar préstamos abusivos e, incluso, al trabajo infantil, mientras que las organizaciones también han reclamado protección específica para el caso de los temporeros que emigran para las cosechas.
Así, han solicitado soluciones sostenibles a largo plazo en las que se conjuguen los derechos laborales con los sanitarios sin perder de vista la especial vulnerabilidad de ciertos sectores y con un mensaje general de solidaridad.
“Solo juntos podemos superar el impacto entrelazado en salud, sociedad y economía de la pandemia e impedir que derive en una catástrofe humanitaria y de seguridad alimentaria”, añadió.
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