José Santiago, César, William y Samuel, salieron de Quintana Roo el pasado 14 de septiembre con un solo objetivo, visitar a la santísima Virgen de Guadalupe, en Monterrey, Nuevo León, montados en dos ruedas.
Con tan solo una cobija, un sartén, agua y la bendición de Dios, salieron de sus casas dispuestos a cumplirle la manda a la morenita del Tepeyac, agradeciendo la salud y la vida en sus hogares.
“La promesa es visitar San Juan de los Lagos, San José de Gracia, el Santo Cristo Roto, en Zacatecas, Plateros, al Niño de Atocha y a la Virgen de Guadalupe en Monterrey. Nos hemos enfrentado con ponchaduras de llanta, nos ha llovido, hemos enfrentado frío, nos hemos quedado en gasolineras, con hambre, pero Dios no nos deja, siempre nos acompaña”, señaló el peregrino José Santiago.
Los cuatro jóvenes pasaron la noche en Arteaga, Coahuila, donde una generosa familia brindará hospedaje a los peregrinos hasta que decidan continuar con su camino, de regreso a casa.
En sus bicicletas, los amigos han recorrido más de 2 mil 600 kilómetros de asfalto, atravesando estados como Yucatán, Tabasco, Veracruz, Puebla, Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila y Monterrey, sin contar que aún quedan pendientes 3 mil 400 kilómetros más de regreso a casa.
Originarios del centro ceremonial maya Tixcacal Guardia en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, los peregrinos anhelan el día en el que puedan ver de nueva cuenta a sus familias, quienes desde casa están al pendiente de su viaje.
Sin más ropa que una playera estampada con la imagen de Jesucristo, San Juan Diego y la Virgen María, los jóvenes veinteañeros esperan hacer conciencia en la juventud con sencillez y devoción.
