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vie, Abr, 2024

Doctora de la Laguna expuso que pacientes se contagiaron de COVID en Mazatlán; “La gente se está muriendo y ellos de vacaciones”

¿Qué la ciudadanía no entiende? ¡La gente se está muriendo y ellos de vacaciones!“, expresó con la voz entrecortada la Dra. Beatriz Espinoza Puentes, responsable del triage respiratorio durante el turno nocturno en el Hospital General de Zona 46 de Gómez Palacio, Durango.

En una entrevista para el portal nacional Milenio, la médica en jefe que cuenta con más de 25 años de experiencia laboral, compartió que diariamente atiende a diez pacientes sospechosos de COVID-19, de los cuales tiene que internar hasta a la mitad e incluso a todos debido a su estado de salud.

Beatriz, a quien sus familiares llaman cariñosamente ‘Betty’, relata que han sido varios los momentos de impotencia que ha vivido durante esta pandemia, pero cuando llegan personas con evidente falta de aire, ahogándose, y tener que decirles que no se les puede recibir por falta de camas, ha sido lo más difícil para ellos como personal de salud.

“Soy fuerte, pero ante tanto dolor es imposible no quebrarse” “¿Cómo se le dice a la familia de una persona de 70 años con dificultad para respirar que no se le puede recibir por que no hay camas?, declaró.

También reveló que, en contraste, le enoja cuando en las preguntas de rutina a los familiares de pacientes hay quienes responden que el cuidador de la persona de la tercera edad regresó de Mazatlán hace cinco días y comenzó a sentirse mal y posteriormente el adulto mayor con quien vivía también resultó positivo a COVID-19.

“¿Qué la ciudadanía no entiende? La gente se está muriendo y ellos de vacaciones!”, comparte con la voz entrecortada.

La Dra. Beatriz Espinoza expuso a los pacientes COVID-19 de la Laguna. Foto Especial.

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Asegura que quienes hacen fiestas, reuniones, encuentros y tienen actividad social tan solo les bastaría pasar 10 minutos en una sala de atención primaria para pacientes COVID, para intensificar los protocolos sanitarios y obviamente para no reunirse.

“En el área donde me encuentro, se le realiza la revisión al paciente con COVID para ver si se hospitaliza o se le envía a consulta o a su casa de acuerdo a la condición de salud del paciente positivo. En promedio en la noche llegan diez, de estos cuatro se ingresan pero se han registrado días en los que todos se ingresaban”, afirmó.

Cuenta que el cubrebocas no se lo quita ni en su casa, prácticamente solo cuando come, lo hace para proteger a los integrantes de la familia, también disminuyó el contacto físico.

“Ya me acostumbre a traer el cubrebocas incluso para dormir. Es parte de mi andar, te vas acostumbrando. Me da miedo incluso acercarme a mi esposo o abrazar a mi hija”

Menciona que hay pacientes que llegan a morirse, otros que en el trayecto, mínimo uno en cada guardia y “cuando eso pasa te llenas de impotencia, frustración, miedo, incluso por que si bien un médico está familiarizado con la muerte, no en estos términos“, no porque el familiar se fue de vacaciones a Mazatlán en plena pandemia y regresó infectado ni tampoco por que realizaron una reunión sin los protocolos necesarios.

En la formación universitaria fomentan la empatía, pero también que no se debe llorar frente a un paciente cuando se está muriendo, pero el médico es humano, siente y se aguanta el dolor, ahora se vive una pandemia catastrófica que nunca pensaron pasaría en estos tiempos,

“Soy fuerte, pero ante tanto dolor es imposible no quebrarse”, finalizó la Dra. Espinoza Puentes.

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