En menos de 24 horas, la comunidad católica de Coahuila tuvo que dejar ir y ver partir a la Casa del Señor a dos muy queridos sacerdotes: el Padre Usbaldo Salazar y el Padre Martín Bustillos Martínez.
Ambos servidores de la Diócesis de Piedras Negras fueron víctimas del COVID-19, enfermedad que lamentablemente complicó su salud durante una serie de días hasta que finalmente pudieron descansar y pasar a una mejor vida.
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Ante esto, el obispo Alonso Garza Treviño señaló que tanto él, como sus compañeros y la comunidad en general se encontraban realmente abatidos e impactados por los dos grandes golpes que se sufrieron durante el pasado fin de semana.
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“El haber perdido dos sacerdotes es muy doloroso, lamentablemente nos afecta demasiado, ya que son dos comunidades las cuales se quedan sin sacerdotes, como lo es la parroquia de Asís en Sabinas, y las comunidades rurales de Jiménez”, declaró.
El dirigente católico también reveló que el resto de sacerdotes que de igual forma están contagiados de coronavirus tienen una estabilidad en cuanto a su salud, por lo cual al momento solamente están en la espera de que se cumpla su cuarentena para retomar sus actividades diarias.
