Luego de visitar Yemen por dos días, David Beasley, director ejecutivo del programa Mundial de Alimentos de la ONU, realizó un llamado a la población, indicando lo siguiente: “Tenemos una vacuna para esto. Se llama vacuna. Todo lo que necesitamos para salvar vidas es financiación.”
Más de 16 millones de yemeníes padecen inseguridad alimentaria, mientras que casi 50 mil de ellos se enfrentan a condiciones similares a las de la hambruna.
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Otros 5 millones están cerca de sufrirla, además de que los expertos señalan que para este año podría haber 2,5 millones de niños menores de 5 años que serán víctimas de la desnutrición aguda.
“Más de la mitad de la población de Yemen se enfrenta a una grave escasez de alimentos y millones de personas llaman a la puerta de la hambruna. No son solo números”, dijo David Beasley.
“Son personas reales y es desgarrador. Esto es un infierno. Es absolutamente horrendo. Yemen se está convirtiendo en el peor lugar del mundo y esto está totalmente provocado por el hombre”, agregó.
Aunque el experto señala que la asistencia alimentaria puede salvar vidas, esto no resolverá los problemas que causaron la crisis.
“Solo con una solución duradera será posible revitalizar la economía y garantizar el libre flujo de bienes básicos y combustible a través de los puertos de Yemen y comenzar a pagar los salarios públicos permitiendo que las personas tengan el dinero necesario para comprar alimentos y reconstruir sus vidas”, comentó.