Hoy día muchos esperan con ansias ser vacunados contra el coronavirus, sin embargo también hay algunas personas que temen hacerlo, debido a los casos de muertes por las vacunas anticovid, los cuales a pesar de ser pocos, pueden llegar a generar desconfianza en la gente.
El pasado 5 de febrero de este mismo año, falleció Kassidi Kurill, una mujer de 39 años, apenas 4 días después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus de Moderna.
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Aunque aún no está claro si se trató de una muerte provocada por efectos adversos de la vacuna, su familia cree que esto puede ser muy posible pues aseguran que Kassidi no tenía problemas con su salud.
Momentos después de ser vacunada, la mujer comenzó a quejarse de dolores de cabeza, náuseas y de no poder orinar, por más líquidos que bebiera.
A pesar de que su condición mejoró un poco al día siguiente, después de otros dos días tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital al empeorar.
“Llegó temprano y dijo que su corazón estaba acelerado y que sentía que necesitaba ir a la sala de emergencias”, dijo su padre, Alfred Hawley, a Fox News.
Apenas llegó al hospital, la madre de familia comenzó a vomitar, y luego de que los médicos le hicieran unos análisis de sangre, indicaron que se encontraba sumamente enferma y que su hígado no funcionaba.
Un día después, la condición de Kassidi se deterioró a tal grado que no podía hablar y su corazón junto con ambos riñones dejó de funcionar, lo que finalmente le ocasionó la muerte.
Un médico forense de Utah comentó que aún no se ha certificado ninguna muerte relacionada con las vacunas y que no parecía haber un vínculo entre la muerte de cuatro residentes de Utha, entre las que se ubica la de Kassidi, y las vacunas.
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