Julio César, un padre de cuatro hijos falleció luego salir para intentar vender unos leños, con la finalidad de conseguir unas cuantas monedas para poder alimentar a su familia, en especial al más pequeño, el cual aún necesita beber leche para alimentarse bien.
Ahora, su cuerpo yace en un ataúd de color gris, sin nada que lo adorne, pues su familia no contaba con un buen hogar, y en cambio vivían en un tejaban, que los protegía de la intemperie.
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Por tal motivo su esposa, Marisela Corrales Acosta, pidió a una iglesia cristiana ubicada en la colonia el Chorizo 2 en la sindicatura de Aguaruto, Culiacán, Sinaloa que le permitieran velar a su esposo.
Por si esto fuera poco, hace unos días su hija de 15 años perdió la vida en un accidente de motocicleta que ocurrió cerca de la misma sindicatura donde vela a su esposo.
Mientras Marisela busca lidiar con el dolor que le ha dejado la reciente pérdida, sus niños juegan sin parar, ajenos a que su padre ya no estará más con ellos para cuidarlos.
Como la familia no contaba con dinero suficiente para realizar un entierro, varios vecinos se unieron para realizar una colecta, sin embargo, aún queda pagar la deuda a la funeraria.
Por ahora, los mismos habitantes de la región son los que piden la intervención de las diversas autoridades de la Comisión de Atención a Víctimas, de los DIF, Culiacán y Sinaloa, así como todos los organismos que pueden unirse para apoyar a Marisela y a sus hijos con una vivienda digna y alimentos.
NRT México, Cobertura Total