Como parte de su agenda, la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris visitó El Paso, Texas, en la frontera con México, lo que, en sus palabras, le permitió corroborar los “efectos desastrosos”, de las políticas migratorias impuestas por el expresidente Donald Trump.
En medio de su visita a la ciudad fronteriza, Harris conversó con cinco niñas migrantes en una instalación de la Patrulla Fronteriza y visitó el puerto de entrada de Paso del Norte, en la cual recorrió un área para las personas que provienen desde México y piden asilo, así como una zona secundaria para migrantes que arriban al país norteamericano.
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Momentos después, Harris explicó el motivo de su visita hacia estas áreas, comentando a los medios que estas representan, en muchos sentidos, los principales retos en materia migratoria.
Además, dijo que la plática con las niñas migrantes fue para ella un recordatorio de que abordar esta crisis no es una cuestión política, sino una en la que se debe poner en el centro a los niños y a las familias que se ven en sufrimiento al tratar de llegar a suelos estadounidenses.
A su vez, la vicepresidenta reconoció que estos viajes se dan bajo un contexto de falta de oportunidades económicas, violencia, corrupción e inseguridad que se vive en Latinoamérica.
“Creo que la mayoría de la gente no quiere dejar su casa, y cuando lo hacen, es porque están huyendo o porque no pueden satisfacer las necesidades de sus familias”, comentó la mandataria en conferencia de prensa.
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