El consumo del cristal en menores de edad presenta un considerable incremento en los últimos meses, lo que mantiene en alerta a las autoridades pues deriva en otros problemas como suicidio, robos, agresiones, entre otras cosas.
La tarde del pasado lunes se reportó el fallecimiento de un menor de 15 años de una sobredosis de cristal en Monclova, dejando en evidencia el considerable incremento que registra el consumo de esta droga en la ciudad, no solamente en adultos sino también en personas desde los 11 años de edad.
La Subprocuradora para los Niños, Niñas y la Familia, Martha Lucía Herrera comentó que el consumo del cristal es muy grave, no solamente en adolescentes sino en todos los niveles pues es una droga muy dañina y que se ha popularizado entre la población.
Dijo que en las recientes reuniones que han tenido con los alcaldes se ha planteado este problema, buscando prevenir que la sociedad caiga en la adicción a alguna droga.
Afirmó que existe un incremento el consumo de esta droga en menores, es por ello que es importante que los padres de familia estén muy de cerca de sus hijos, estén al pendiente de cualquier situación o cambio de comportamiento para prevenir alguna situación mayor.
“Tenemos casos de padres de familia que incurren en algún hecho de omisión por la adicción a la droga, mientras que casos de padres que nos piden apoyo por la adicción que están atravesando sus hijos”.
Martha Lucía Herrera, titular de PRONNIF en la Región Centro
Por su parte, el Director del Centro de Adicciones Escudo de Salvación, Dagoberto de la Cruz comentó que cada vez es más frecuente el número de personas que acuden a solicitar información de tratamiento a un menor de edad por alguna adicción.
Dijo que esta situación los ha orillado a seguirse capacitando para ofrecer tratamiento a las personas que lo necesitan, sobre todo a menores de edad que son más propensos a sufrir de algún daño en su salud o integridad.
Indicó que el problema de una persona con adicciones es que tiene alucinaciones, escucha voces, se vuelven violentos, entre otras cosas que distorsionan su realidad y los vuelve presa fácil de incurrir en cualquier otra conducta que represente un riesgo para ellos o las personas a su alrededor.
Afirmó que tienen casos de niños que van desde los 11 años con problema de adicciones principalmente al cristal hasta personas mayores de 60 años, pues esta droga no distingue entre población, ideología, sexo ni posición social.
