Doña Magdalena Montelongo Pérez, hermana de uno de los 10 mineros atrapados, señalo que inicialmente, tenían la expectativa de que el nivel del agua iba a disminuir y con ello la esperanza de que iban a poder entrar a un rescate, desafortunadamente en estos momentos existe mucha incertidumbre.
Los niveles de inundación aumentan, no hay disminución, se perdió tiempo y debió aprovecharse el momento en que disminuyó para que bajarán los rescatistas,
Ahora estamos desgastados, viene uno porque queremos a mi hermano, la esperanza no la pierdo, asegura doña Magda. Advirtió que la familia de Jaime Montelongo Pérez se mantendrá afuera del complejo minero hasta que se realice el rescate, porque de ninguna manera van a permitir que se suspendan las maniobras, ante el temor de que los puedan dejar ahí bajo tierra, como paso en el año 2006 en Pasta de Conchos, donde quedó su primo Gilberto Rico Montelongo.
Opinó que desde un principio los responsables del rescate debieron aceptar opiniones de los mineros locales, que aunque no tiene muchas veces una profesión, si los conocimientos, al señalar que no es una mina, son pozos de carbón y que es totalmente diferente.
A estas alturas es bueno aceptar otras opiniones, al mencionar que está de acuerdo con el anuncio de la coordinadora nacional de Protección Civil Laura Velázquez, de solicitar ayuda internacional a empresas de Estados Unidos y Alemania.
Para nosotros es mucho sufrimiento, tenemos un hermano, son seres humanos, sentimos impotencia, nos dice doña Magdalena, mientras espera afuera de lo que fue el centro de trabajo de su hermano por noticias de su rescate.
Finalmente, dijo que insistirán en que se les permita el ingreso de trabajadores locales, que son expertos en la minería, principalmente en los llamados pozos de carbón.
