Un reciente estudio informó que un enfermo de VIH ha logrado ser la tercera persona en curarse tras un trasplante de células madre y que en su organismo ya no existen rastros del virus del sida.
En los análisis que le hicieron, no encontraron ni rastro de las partículas virales, ni tampoco de la respuesta inmunitaria contra el virus.
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Antes del caso de este paciente alemán, dos otros enfermos del VIH habían logrado curarse, el primero de ellos ocurrió en Berlín en 2009 y el segundo en Londres en 2019.
Los tres enfermos que lograron curarse definitivamente del sida tienen el mismo punto en común, los tres padecían un cáncer de sangre y por ese motivo fueron tratados con un trasplante de células madre, que renovó en profundidad su sistema inmunitario.
En los tres casos, su donante presentaba una mutación extraña en el gen CCR5, un cambio genético que impide la entrada del VIH en las células.
“Durante un trasplante de médula ósea, las células inmunitarias del paciente son sustituidas integralmente por células del donante, lo que permite hacer desaparecer la inmensa mayoría de las células infectadas”, explica en un comunicado el virólogo Asier Sáez-Cirion, uno de los autores del estudio.
El menos de 1% de la población suele beneficiarse de la mutación genética protectora del VIH, pocos donantes de células madre la disponen.
Aunque estos casos dan esperanza a los científicos para encontrar una cura del sida, un trasplante de células madre es un tratamiento arriesgado y que no se adapta a la situación de la mayoría de enfermos del VIH.
