Una enfermera británica de 33 años ha sido declarada culpable por el asesinato de siete recién nacidos y el intento de asesinato de otros seis. Lucy Letby trabajaba con bebés enfermos y prematuros en el Reino Unido. Después de un juicio que se extendió desde octubre, el jurado llegó a su veredicto tras 22 días de deliberación.
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Las acusaciones en su contra abarcan un período de un año, desde junio de 2015 hasta junio de 2016. Letby, quien tenía 25 años durante los trágicos eventos, ha mantenido su inocencia a pesar de que se encontraron notas escritas por ella en las que parecía autoinculparse. Utilizando métodos deliberadamente discretos, la fiscalía describió sus acciones como “calculadoras”, engañando a sus colegas para que creyeran que las muertes eran simplemente una “racha de mala suerte”.
Desde mediados de 2015, varios pediatras en el Hospital Countess of Chester, donde Letby trabajaba, habían expresado preocupación por la inusual cantidad de muertes en su área. Muchas de estas muertes fueron catalogadas como “inexplicables” o “inesperadas”. La pesquisa inicial comenzó en mayo de 2017, centrada en 15 bebés fallecidos, pero se expandió para incluir más casos. A pesar de haber sido detenida en 2018 y 2019, Letby fue liberada sin cargos en esos momentos.
Los cargos en su contra se centran en el periodo en que los niños tenían menos de un año. Letby habría utilizado insulina o aire inyectado en las venas, así como sobrealimentación, como métodos para causar daño. El impacto de estas acciones ha sido severo y ahora enfrentará las consecuencias legales de sus actos.
