El cansancio y la frustración se apoderan de los residentes de la colonia Federico Berrueto Ramón, en la parte sur de la ciudad, debido a la creciente ola de robos que azota su comunidad.
La situación ha llevado a los vecinos a organizarse y tomar medidas drásticas contra los delincuentes que atrapan en el acto, ya que afirman que se producen al menos cuatro intentos de robo cada semana en su zona.
Entre los objetos más codiciados por los criminales se encuentran las baterías de automóviles, así como pertenencias personales como mochilas y bolsos que los residentes dejan en sus vehículos.
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Además, las viviendas son blanco frecuente de robos, con pérdidas que incluyen pantallas, teléfonos móviles y joyería, objetos que los habitantes han adquirido con esfuerzo a lo largo de sus vidas.
Cuando los vecinos se percatan de estos robos, solicitan ayuda a la policía a través de los grupos de seguridad coordinados por la Comisaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Sin embargo, dado que las autoridades a menudo no logran detener a los delincuentes, las víctimas amenazan con impartir su propia justicia.