Más de cien vagones extendidos sobre las vías del ferrocarril abordaban la tarde de este martes miles de sueños que se esparcían entre cada uno de los migrantes que con determinación y la ilusión de un futuro mejor, se enfrentan a las vicisitudes del camino con el fin de llegar a Estados Unidos y conquistar el sueño americano.
Sobre el tramo del puente de la colonia Occidental en Ciudad Frontera, venezolanos, nicaragüenses, ecuatorianos, guatemaltecos, otros más provenientes de la selva, ocupan entre recovecos de los vagones del tren, algún lugar para seguir su trayecto a la frontera norte de México.
Muchos más, sobre la superficie del vagón, se sostienen de prácticamente su equilibrio desafiando las caídas, para desde ahí realizar su camino a Piedras Negras y e ir en busca de entrar al país vecino.
Frio, calor, lluvia y el riesgo de caer del tren son solo algunas de las múltiples hazañas que enfrentan los migrantes, pero la convicción de lograr un mejor futuro ante la desesperación que enfrentan en sus países de origen por la falta de empleo o el bajo poder adquisitivo ante salarios mínimos, los mantiene con la determinación de sortear dichos obstáculos.
Sin embargo, las condiciones climatológicas y en las que viajan no son lo único a lo que se enfrentan, en su mayoría, denuncian que sus derechos humanos son pisoteados por autoridades migratorias.
Algunos llevan más de dos meses viajando desde que salieron de su país, pero señalan que en su ingreso a México ha sido uno de los más difíciles pues constantemente los bajan de los autobuses, y les impiden avanzar.
Viajar sobre los vagones del tren, les ha dado la experiencia de reconocer los sonidos de la maquinaria, de pronto se produce un sonido algo distinto de los que ya se escuchaban en el ferrocarril, y de inmediato los migrantes advierten: “Ya va arrancar, es el sonido”.
En efecto, poco a poco el tren empieza a desplazarse. Las sonrisas de los migrantes se dibujan, pues aun en medio de las condiciones en que viajan, su alegría no se esfuma y levantando la mano en señal de adiós siguen su trayecto mientras los vagones cargados de hombres, mujeres, niños y bebés avanzan conteniendo los sueños e ilusiones de cada uno de ellos de un futuro prometedor en Estados Unidos.
