En la ciudad japonesa de Shika, cientos esperan pacientemente en fila frente a la alcaldía para recibir los seis litros de agua asignados por persona después del fuerte terremoto en Año Nuevo.
Tras la tragedia los habitantes hacen largas filas frente a supermercados para hacer las compras esenciales. Cabe destacar que algunos se han visto en la necesidad de cerrar por falta de suministros.
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Al menos 150 sismos afectaron Japón entre el lunes y el martes, con el más fuerte alcanzando una magnitud de 7.6. Los daños en Shika se centran en la infraestructura del agua.
En Wajima, a 60 kilómetros al norte, un barrio de casas de madera fue destruido por las llamas. En la península de Noto, el acceso de los servicios de emergencia es difícil debido a las carreteras dañadas.