El famoso “Reloj del fin del mundo” marca 90 segundos antes del apocalipsis, de acuerdo al anuncio anual del grupo activista Bulletin of Atomic Scientists que califica lo cerca que la humanidad o la Tierra está de su fin.
Entre los eventos que destacan en el reporte dado a conocer el martes, se mencionó la amenaza nuclear en la guerra de Rusia contra Ucrania, así como el asalto de Hamás del 7 de octubre en Israel y los ataques/violencia con los que ha respondido en la Franja de Gaza, además de los desastres relacionados con el clima y el peligro de la inteligencia artificial.
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“El año pasado, expresamos una intensa preocupación al mover el reloj a 90 segundos para la medianoche, lo más cerca que ha estado de una catástrofe mundial… Los riesgos del año pasado continúan con una veracidad intacta y siguen dando forma a este año”, señaló Rachel Bronson, directora general del grupo de científicos.
La organización creó el reloj en 1947, cuando el mundo vivía las tensiones de la Guerra Fría después de la Segunda Guerra Mundial, para advertir sobre lo cerca que estaba la humanidad de destruir el mundo, cuando el conteo llegó a estar a 17 minutos, sin embargo, en los últimos años, el grupo ha pasado de los minutos a los segundos abordando los rápidos cambios globales.
Este martes el grupo detalló que las tendencias siguen apuntando hacia la catástrofe, incluyendo el hecho de que China, Rusia y Estados Unidos gastan grandes cantidades de dinero en ampliar o modernizar sus arsenales nucleares.
“Como Estado nuclear, las acciones de Israel son claramente relevantes para el debate sobre el Reloj del Juicio Final. Preocupa especialmente que el conflicto se extienda a la región, creando una guerra convencional de mayor envergadura y atrayendo a más potencias nucleares o casi nucleares”, agregó Bronson.
Finalmente se encuentra el aspecto del cambio climático como factor de ajuste del reloj, pues de acuerdo a los científicos en 2023 el mundo se adentró en un territorio desconocido, sufriendo el año más caluroso jamás registrado, además las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguieron aumentando.
“Tanto la temperatura global como la de la superficie marina del Atlántico Norte batieron récords, y el hielo marino antártico alcanzó su extensión diaria más baja desde la llegada de los datos por satélite”, ”, explicó Bronson.
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