La implacable embestida del calor ha dejado su impronta en las pulgas. Según las palabras de Rogelio Iracheta, figura preeminente entre los comerciantes pulgueros, las temperaturas abrasadoras han disuadido a la clientela de aventurarse en las calles, dando lugar a una marcada decadencia en las transacciones.
“Lo que solíamos vender a 10 pesos, ahora se cotiza en uno o dos pesos, es crítico”, expresó el líder comercial, mencionó que una de las estrategia adoptada para hacer frente a esta adversidad abarca la reducción de días de operación.
“Algunos de nosotros hemos decidido clausurar nuestros puestos hoy y mañana, con el fin de cumplir con las normativas y minimizar nuestras pérdidas”, comentó.
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El embate del calor se hace sentir también entre el personal de ventas, evidenciado por una notable ausencia los fines de semana, aunque la clausura está programada para la 1:00 PM, muchos prefieren adelantarla a las 12:00 PM para aprovechar el tiempo de manera más eficiente y eludir las horas más abrasadoras.
Pese a la gravedad de la situación, hasta el momento no se han registrado incidentes de golpes de calor entre los comerciantes ni los clientes. No obstante, la escasez de clientes ha sido un factor determinante en la ausencia de tales percances.