La directora general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) revisó los avances del nuevo Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) y la reconstrucción del Hospital General (HG) en Acapulco, Guerrero, afectados por el huracán Otis. También evaluó el Hospital Móvil “Ehécatl”, que ayuda a mantener los servicios de salud en la región.
Durante su visita a la nueva unidad médica ubicada en el Centro de Convenciones de Acapulco, que cuenta con el permiso sanitario de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Guerrero (Copriseg), la directora resaltó que este hospital tendrá capacidad y equipo suficiente para evitar traslados innecesarios a otros hospitales.
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El nuevo hospital contará con 250 camas censables, 20 consultorios, ocho quirófanos y 36 especialidades médicas, incluyendo oncología, hemodinamia y tomografía. Beneficiará a más de un millón de afiliados y tendrá una planta tratadora de aguas, sistema de captación de agua pluvial y paneles solares para reducir el consumo de energía eléctrica.
Este hospital atenderá a toda la población que lo necesite en caso de urgencias, incluidos turistas nacionales y extranjeros. Se está construyendo en una superficie de 57 mil m², mejorando el acceso a los servicios de salud en la región.
La directora encabezó una reunión con los arquitectos del proyecto, quienes le mostraron los planos autorizados del HRAE y establecieron plazos concretos para la finalización de las áreas.
Al revisar la rehabilitación del HG de Acapulco, que sufrió daños por el huracán Otis, la directora recibió informes sobre los avances en las áreas reparadas, incluyendo cuatro quirófanos, zona de rehabilitación, esterilización de equipos médicos y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCIN). Solo falta la instalación de aires acondicionados por parte de la aseguradora.
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La directora también recorrió el Hospital Móvil “Ehécatl”, donde el Issste está atendiendo a la derechohabiencia mientras se completa la rehabilitación del HG. Esta unidad médica móvil se utilizó anteriormente en la Ciudad de México para atender pacientes con COVID-19 y fue trasladada a Acapulco después del huracán.
Consta de dos domos geodésicos: uno de 25 metros de diámetro, 500 m² de superficie y 12.5 metros de altura, y otro de 30 metros de diámetro, 706 m² de superficie y 15 metros de altura. Ambos domos cuentan con aire acondicionado y piso antimicótico.
El hospital móvil tiene capacidad para 80 camas, cada una equipada con tomas de corriente eléctrica y distribuidores de gases medicinales (oxígeno y aire médico), lo que permite proporcionar atención médica de calidad a los pacientes.
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