El sueño de Lucila Pacheco era llegar a Estados Unidos. Salió de Venezuelacon la esperanza de construir una vida mejor. Cruzó Colombia, enfrentó los peligros de la selva del Darién, atravesó Centroamérica y llegó a México. Pero a unas horas de alcanzar la frontera, en Ciudad Frontera, Coahuila, un mal paso al intentar subir a un tren en movimiento le arrebató ambas piernas.
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Desde entonces, su historia se convirtió en símbolo de resistencia y voluntad. Fue atendida en el Hospital General Amparo Pape de Benavides, y posteriormente encontró refugio en la iglesia Verbo Encarnado de Ciudad Frontera, donde vivió desde finales de noviembre de 2023.
Con apenas lo necesario para vivir, pero con una fe intacta, Lucila nunca dejó de soñar con volver a ver a su familia.
Gracias a la intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, en coordinación con asociaciones civiles y una organización con sede en Monterrey, Lucila finalmente fue repatriada a República Dominicana, donde será recibida por sus seres queridos. Ella quería llegar a Colombia donde se encuentran algunos de sus familiares pero en razón de trámites burocráticos esto no fue posible por lo que sus familiares ira a República Dominicana a recibirla y de ahí trasladarse con ella a Colombia.
“Ella no podía regresar por su condición médica. Estuvo bajo resguardo, se le brindó atención y acompañamiento. Afortunadamente, logramos hacer contacto con una asociación especializada, y fueron ellos mismos quienes vinieron por ella a Monclova”, explicó Luis Ángel San Miguel Garza, visitador regional de la CDHEC.
El caso de Lucila visibiliza los riesgos extremos que enfrentan miles de personas en tránsito por México, así como la necesidad de articular esfuerzos entre autoridades y sociedad civil para garantizar el respeto a sus derechos humanos.

