Uno de los docentes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Jorge Francisco Monroy López calificó como “insignificante” la posibilidad de que el COVID-19 se pueda transmitir por medio de los alimentos.
Pese a tal definición, el especialista en el tema no descartó que la comida en general pueda ser transmisora del virus del SARS-CoV-2, por lo cual el riesgo de contagio sigue estando vigente.
Monroy López expuso que el coronavirus es una enfermedad zoonótica: proviene de un humano que se enfermó por haber estado en contacto con un animal, a través tanto del tacto como de su ingesta. Posteriormente, como se conoce, esto dio pie a una infección que fue transmitida de humano en humano, creando así una pandemia de impacto mundial.
Respecto a la tranmisión a través de la ingesta, el especialista destacó la importancia de las buenas prácticas de limpieza: “Es necesario establecer mecanismos de trabajo, con higiene y separación de superficies para productos crudos y otros que ya no van a recibir tratamiento, como quesos y verduras, para evitar la contaminación cruzada”.
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“Si alguien tiene el parásito Taenia, conocido como solitaria, y no se lava las manos antes de comer, puede autoinfectarse, y si prepara alimentos, los contaminará”, advirtió el académico, por lo que consideró que el aseo personal es clave para evitar la presencia de enfermedades.
Además de esta medida, recomendó que los alimentos deben mantenerse en refrigeración y ser cocinados a una temperatura superior a los 60 grados, misma magnitud con la que deben ser recalentados. Otro de los consejos es cerciorarse de que la comida a ingerir se encuentre dentro de los márgenes de caducidad y seguir la manifestación de las etiquetas.
En el caso de la comida enlatada, el especialista del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la FMVZ explicó que es muy segura, ya que pasa por un proceso de temperatura y maduración que ayuda a la eliminación de cualquier tipo de microorganismos.
Asimismo, el catedrático de la Universidad Nacional sugirió consumir alimentos que provengan de un establecimiento fijo y brinde garantías sanitarias, ya que “los puestos callejeros son deliciosos, una tentación, pero con un alto riesgo; simplemente, pensemos que quienes atienden no tienen donde lavarse las manos”.
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