Edith Villarreal Calixto, residente de Nueva Rosita, Coah, decidió denunciar el maltrato físico y sicológico que sufrió por una secta hace 11 años, y pidió el divorcio a su pareja, quien trabajaba como “pastor” evangélico, además de ser el culpable de someterla golpeándola para “desaparecer su rebeldía” al igual que a sus hijos.
Esto lo hacía con una vara de madera que había mandado a hacer y tallada con el proverbio 29:15 “La vara y la corrección dan sabiduría”.
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Sin embargo, esto no era suficiente para su ex pareja, pues este miércoles se le colocaría un brazalete electrónico, luego de ser acusada como una criminal por exigir que le regresen a sus hijos y denunciar los abusos que tuvo que aguantar por años de parte de Ismael Ruiz Solís, pastor del Templo Jesucristo Puerta de Bendición, ubicado en la colonia María de Nueva Rosita.
No fue hasta este pasado mes de julio cuando Edith le pediría el divorcio a su pareja, no obstante, a pesar de que este accedió, tras una salida cotidiana cuando volvió a su casa se dio cuenta de que el pastor había cambiado los candados y sus hijos ya no se encontraban en su casa.
Tras una visita al Ministerio Publico para poner una denuncia ante lo sucedido, las autoridades no pudieron hacer nada para proceder su demanda, sin embargo, su marido si pudo denunciarla por amenazas.
Por tal motivo Edith fue juzgada hoy mismo y le dictaron como medida prisión preventiva y el uso del brazalete electrónico como si fuera una criminal.
Al final, aunque logró desligarse de su pareja, terminó perdiendo su libertad y a sus hijos y actualmente está restringida a pasar por varias parte de la ciudad además de no tener un hogar para sobrevivir, por lo que continúan buscando justicia tras ser incriminada por su exesposo.
