Aunque fue tan solo hace dos meses que, tras 68 años de estar separados, finalmente los hermanos Gil pudieron reencontrarse en el municipio de Frontera, Coahuila, nuevamente la vida les ha arrebatado la oportunidad de estar juntos.
Lamentablemente, en los últimos días Doña Amelia Gil perdió la vida a causa de una embolia, dejando así un gran vacío en sus seres queridos pero sobre todo en su querido ‘hermanito’ menor, Isidro Gil.
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Desde Chihuahua fue que este hombre tuvo que viajar para poder darle el último adiós a su adorada hermana, con quien se reunió el pasado 21 de noviembre del 2021 tras más de 50 años de no saber de ella.
Cuando Amelia tenía siete años y él cinco, la madre de ambos decidió regalarlos ya que no podía mantenerlos por lo cual desde entonces las vidas de los dos tomaron rumbos muy diferentes: ella terminó viviendo en Frontera, mientras que Isidro en Chihuahua.
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La mujer relató en vida que durante su juventud pasó semanas hundida en la tristeza, así como también tuvo que pasar fiestas “especiales” completamente abandonada, ya que no tenía ni madre, hermanos o familia a quienes amar.
Sin embargo, gracias a las redes sociales, una nieta de Doña Amelia, logró ingresar a un grupo de Facebook de personas de Xichú, Guanajuato y le pidió autorización a su abuela para publicar su historia de vida y ver si podían localizar a su hermano, a lo que ella accedió.
Un par de horas bastaron para que la familia Gil recibiera respuesta de parte de dos muchachos quienes aseguraban ser sobrinos de Isidro Gil, un hombre quien desde hacía años también buscaba a su hermana mayor.
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Al principio Doña Amelia no creía que fuera verdad pero poco después ya estaba comunicándose vía telefónica con su hermana y sin perder tiempo, entablaron también una videollamada.
Ambos relataron que no pudieron aguantar las lágrimas y rompieron en llanto a través de las pantallas y, antes de colgar, prometieron que “costará lo que costará” tendrían que reunirse físicamente.
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Una serie de eventos tuvieron que organizarse pero, finalmente, tras 68 años lejos uno del otro en cuerpo pero no en alma, los dos hermanos se vieron cara a cara y lloraron a más no poder, pues ambos siempre sintieron dentro de su interior que sus corazones finalmente estaban completos.
“Siempre la tuve en mi mente, me preguntaba qué pasaría con mi hermana, no había un día que no me acordara de ella”, recordó con nostalgia Isidro Gil, quien nuevamente tendrá que aprender a vivir sin su hermana mayor.
