La familia del joven todavía guardaba la esperanza de encontrarlo con vida antes de que el joven estudiante de medicina encontrara el cadáver con dos disparos de bala atravesándole el pecho.
Un estudiante de medicina vivió uno de sus peores miedos al encontrarse de frente con el cadáver de uno de sus amigos; un chico al que conoció por 7 años: El cuerpo sin vida estaba sobre una mesa para su estudio, sus compañeros de clase, y él, estaban a punto de diseccionar su cuerpo y estudiarlo como si no se tratara de una persona que tuvo vida en algún punto.
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Mientras se encontraba en clase de anatomía, el joven vio tres cuerpos en diferentes mesas, pero eso no resultó extraño, fue hasta que se acercó a uno de esos cuerpos, que siempre había pensado qeu pertenecían a delincuentes, que la tristeza y el terror lo invadió; sobre la lamina fría estaba en cuerpo balado de uno de sus amigos, mismo al que estaba a punto de diseccionar.
El joven, al caer en cuenta en lo que estaba pasando, salió corriendo de la habitación y dio aviso a lso padres de su amigo para que pudieran reclamar el cuerpo y darle un entierro digno; el joven en cuestión llevaba meses desaparecido, la última vez qeu se supo algo de el había sido levantado por las autoridades nigerianas después de una fiesta junto a su grupo de amigos.
“La mayoría de los cadáveres que usamos en la escuela tenían balas. Me sentí muy mal cuando me di cuenta de que algunas de las personas pueden no ser verdaderos criminales”, relató Enya Egbe. Los cuerpos utilizados en las universidades en Nigeria son proporcionados por el gobierno, pues se tiene un ley sobre cuerpos reclamados y su uso en escuelas de medicina.
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