Sus lágrimas y el recuerdo de sus seres queridos reflejan un entorno de violencia que padecen cientos de familias en Guanajuato.
La guerra entre cárteles que se disputa, todos los días, en diferentes municipios de la entidad, las ha dejado viudas y a sus hijos, huérfanos.
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“Te cambian completamente tu vida, porque lejos de llevárselos únicamente a ellos, te quitan todo, te quitan los planes, los proyectos de vida que tú tenías con esa persona”, Paola Rojas, esposa de una víctima.
Paola fue testigo de cómo se llevaron a su esposo secuestrado, unos minutos después de que fue liberado de los separos de la policía municipal de Silao, el 17 de julio del 2020.
Un día después su cuerpo apareció seccionado en la carretera que conduce de Apaseo el Alto, Guanajuato, a la ciudad de Querétaro.
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