El Papa Francisco afirmó en su audiencia general de los miércoles que la muerte no es un derecho que pueda ser programado, mostrándose con esto contrario a la muerte asistida en medio del debate que se inicia en el Parlamento italiano para discutir una ley sobre el proyecto denominado fin de la vida.
Debemos acompañar hasta la muerte, pero no provocarla ni contribuir a ninguna forma de suicidio asistido. La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no administrada. Y este principio ético concierne a todos, no sólo a los cristianos o creyentes. Recalco el Sumo pontífice en su catequesis semanal dedicada a San José.
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Según datos proporcionados por la BBC, son siete los países que hasta ahora han legalizado el suicidio asistido, el primero de ellos fue Suiza quien en el 2002 revolucionó sobre este rublo, actualmente Italia busca sumarse a la lista de pises entre los que se encuentran Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, España y recientemente Nueva Zelanda.
El religioso argentino finalizó su homilía compartiendo una profunda reflexionó sobre la muerte ¿Qué sentido tiene discutir con un hermano, una hermana, un amigo, un familiar o un hermano o hermana en la fe, si vamos a morir un día? ¿Qué sentido tiene enfadarse, enfadarse con los demás? Ante la muerte, se redimensionan muchas cosas. Es bueno morir reconciliado, sin dejar rencores ni lamentos expresó, además el Papa se despidió pidiendo que se asegure a cada enfermo la atención médica y también la atención espiritual.
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