Chicago continúa lidiando con una ola de inmigrantes, que principalmente provienen de América Central y del Sur, llegando a la famosa Ciudad de los Vientos después de cruzar legalmente la frontera sur de Estados Unidos y luego ser transportados allí.
Su llegada ha abrumado las estaciones de policía, los refugios o centros de descanso y los servicios de ayuda municipales, lo que obligó al gobierno de la ciudad a declarar Chicago en estado de emergencia.
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Por el incremento del flujo de inmigrantes hacia Chicago, los líderes de la ciudad y del estado de Illinois buscan ayuda de la nación estadounidense para satisfacer las crecientes necesidades.
“En este momento, solo tenemos alrededor de 2 mil 800 camas en nuestro sistema de refugios, y estamos llenos, por lo que los parques y las estaciones de policía sirven para albergar temporalmente a la gente. Es un gran desafío y está costando una cantidad significativa de recursos”, dijo Michael Rodríguez, del Distrito 22 de Chicago.
