Valentina Campos Cabral, una ecologista y académica reconocida que forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), está liderando una campaña para generar conciencia sobre la contaminación urbana, centrándose especialmente en los desafíos que enfrenta la cuenca del Alto Atoyac. Su convicción es que la economía circular ofrece la solución clave para abordar los desafíos medioambientales.
“Visibilizar cómo todas nuestras diferentes actividades generan algún tipo de residuos y hacemos un llamado a estrategias como la economía circular; y procuramos, primero, reflexionar sobre si necesitamos cierto tipo de producto y si finalmente lo consumimos. En el caso de los plásticos deben ser, definitivamente, no plásticos que tengan un solo uso e integrar, en el marco de los ciclos, los diferentes tipos de residuos”, dijo.
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Además de su destacado rol como ecologista y académica, Campos Cabral se desempeña como directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga en la Universidad Iberoamericana Puebla. Ha obtenido títulos de Maestría y Doctorado en Ciencias en el Colegio de Postgraduados Campus Puebla (Colpos-Pue) y cuenta con una licenciatura en Biología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Durante su formación académica y compromiso con la protección del medio ambiente, Campos Cabral llevó a cabo estudios posdoctorales durante tres años. Los dos primeros años se enfocó en el área de Ecología Política en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde participó en el proyecto “Seguridad Hídrica y Movimientos Socioterritoriales Campesinos en el Estado de México”.
En su tercer año de posdoctorado, formó parte del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE) de la BUAP, donde recibió una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) para llevar a cabo una investigación sobre “Conflictos y movimientos socioambientales frente a megaproyectos (mineros, energéticos y viales) en áreas rurales del estado de Puebla”.
“Desarrollé mis estudios de licenciatura en Puebla. Soy bióloga, pero a partir de las condiciones de la realidad, me doy cuenta de que esta excelente formación disciplinar que recibí como licenciada en biología, requería de instrumentos, de conocimientos que justamente mostraran esta necesidad de relación con la sociedad. A partir de ello, yo realizo mi formación de posgrado, en programas que me permiten articular los conocimientos de las ciencias naturales y las sociales”, mencionó.
La investigadora de la Universidad Iberoamericana Puebla ha realizado diversas publicaciones científicas relacionadas con el tema de Acción Colectiva y Conflictos Sociales por el Territorio, con trabajos que abarcan libros, capítulos de libros, artículos y reseñas de libros. Estas publicaciones han sido sometidas a revisión por pares, indexadas y también incluyen contenido divulgativo.
Además de su labor investigadora, Campos Cabral es miembro activo en varias redes de investigación, entre las que se destacan Red Waterlat, Red Patrimonio Biocultural de México, Red Latinoamericana de Patrimonio Biocultural y Grupo de Trabajo Clacso Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano.
Sus líneas de investigación se enfocan en el análisis de conflictos y movimientos socioambientales, las contradicciones entre lo urbano y lo rural en relación a la apropiación de bienes comunes, la organización social para la gestión del territorio y la educación ambiental.
Proyecto sustentable
“El Observatorio que está a mi cargo, el de Conflictos Socioambientales en la Cuenca del Atoyac y en todo lo que es el estado de Puebla, busca visibilizar qué elementos, procesos, proyectos y actores son los que están en tensión en este territorio y por qué elementos en particular. Ese es un proyecto general”, mencionó.
Como líder del proyecto Campus Sustentable en la Universidad Iberoamericana Puebla, Campos Cabral, en su rol como directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, se encuentra a cargo de iniciativas para mejorar la eficiencia energética. Estas iniciativas incluyen la implementación de lámparas y luminarias automatizadas, así como la promoción del uso responsable y el cuidado del agua. Además, el proyecto Basura Cero busca reducir la generación de residuos en el campus a través de una serie de actividades cuidadosamente diseñadas.
“No solo se restringe el uso de artículos desechables, también se fomenta la reutilización y separación de materiales reciclables, valorizables y compostables (…). Estoy participando y coordinando el Proyecto de Campus Sustentable por el cuidado de la casa común que tiene que ver con la sistematización desde la reflexión de las diferentes acciones que estamos realizando en la universidad, justamente de la coherencia institucional”, apuntó.
