Desesperados y con miedo a represalias por las acciones que están tomando, así se encuentran los habitantes del Ejido Primero de Mayo del municipio de Escobedo, Coahuila, quienes se siguen manifestando para que se accione en la empresa STC, la cual está expidiendo malos olores que están repercutiendo en la salud de los ciudadanos.
Fue desde el año 2021 que está situación comenzó a presentarse en el ejido, la empresa que su director es el ex alcalde de Monclova y ahora recaudador de rentas de la Región Centro, Pablo González González, comenzó a expedir malos olores; en ese momento se tuvo la visita de la secretaria de Medio Ambiente, Eglantina Canales, quien pudo resolver la situación.
Sin embargo en el año 2022 la misma situación volvió a presentarse, pero ahora de una forma más potente, la compañía que supuestamente se dedica al tratamiento de cebada (así lo mencionaron los ciudadanos), de nueva cuenta tenía mal olor, mismo que ingresaba a las viviendas.
“Los problemas comenzaron de nueva cuenta, pero tristemente en esta ocasión no se tuvo una buena respuesta por parte del empresario; el problema aumentó en su nivel de gravedad y es ahora en el 2023 que los olores son insoportables”, mencionó una de las afectadas.
Un desagradable olor como de algo echado a perder, excremento y más, es a lo que huele en su totalidad el ejido; los habitantes ya están impregnados y ni siquiera pueden prender sus aparatos de aire, soportando las altas temperaturas y además el insoportable olor que ni siquiera los deja comer.
Fue el pasado 20 de julio del año en curso, que decenas de familias tomaron las instalaciones de la empresa y se manifestaron afín de tener una respuesta y poder terminar con dicha situación, pero el haber hecho estas exigencias provocó terminar con una denuncia y con la supuesta culpa que por dichas acciones ellos habían cometido fallas en la empresa.
“Solo estuvimos un día completo manifestándonos, por eso nosotros no vamos a afectar la totalidad de la empresa, lo que pasa es que ellos de alguna manera buscan escusarse y no responder con lo que ahora nos está afectando a nosotros”
Pablo González González firmó algunos documentos en los que se comprometía con estos habitantes a que en 15 días resolvería la situación, llevaría el material necesario y el olor se combatiría; el plazo ya se terminó y la situación cada día se agrava más.
Son miles de familias la que hoy en día se ven afectadas por dicha situación, los desagradables olores han repercutido en su salud dejándoles como malestares un dolor de cabeza, de estómago, diarrea y hasta vomito; algunos de ellos han parado a la sala de urgencias de un hospital, mientras que el resto se atiende en casa.
“Ya no tenemos una vida normal, ya ni comer podemos, tenemos que estar aguantando los fuertes olores y no hacen nada; y si quiero decir algo, tememos a represalias, pues ya han sido varias veces las que han actuado en nuestra contra”.
