El intercambio comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, incrementado por las ventajas del T-MEC, donde dos terceras partes del movimiento de mercancías se realiza por autotransporte, representa un reto para el dinamismo poblacional, ya que el crecimiento de las ciudades ha implicado la necesidad de contar con nuevas rutas que contribuyan a inhibir posibles situaciones de riesgo para las comunidades.
Una de ellas es el proyecto Puerto Verde, que, a través de un Tercer Puente Internacional, exclusivo para el comercio, entre las ciudades de Eagle Pass, Texas y Piedras Negras, Coahuila, favorecerá la seguridad transfronteriza, ya que está diseñado para la inspección en conjunto entre la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) y la Aduana de México, del 17 al 100 ciento de las unidades, con métodos no intrusivos.
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Del mismo modo, está alineado al Plan Maestro que redirige el tráfico comercial fuera de la ciudad, conectándolo a la Ruta Fiscal futura, lo que implicará la disminución de riesgos para la población, en especial al evitar el cruce por áreas densamente pobladas, de unidades de transporte pesado que trasladan mercancías como residuos peligrosos.
De esta forma, se previenen incidentes que podrían afectar la seguridad transfronteriza, además de la reducción de la emisión de contaminantes de camiones de carga en espera de cruce y posterior revisión en los patios fiscales.
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Eagle Pass y Piedras Negras son ciudades en franco crecimiento, con un alto potencial de desarrollo, por lo que Proyectos como Puerto Verde que conectarán el tráfico comercial de esta amplia zona, permitirán además de desviar el cruce de unidades pesadas hacia una ruta altamente segura, brindar protección a los habitantes de la frontera común.
