Durante una protesta desatada en la ciudad de Mytkyina, al norte de Myanmar, una monja vestida con un hábito blanco se arrodilló frente a un grupo de militares para pedir que no atacaran a los manifestantes recurriendo al uso de violencia.
Esta misma imagen se viralizó rápidamente en distintos medios y obtuvo un sinnúmero de comentarios de apoyo.
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“Me arrodillé rogándoles que no dispararan ni torturaran a los niños y que me dispararan a mí en su lugar”, dijo a la AFP la hermana Ann Rose Un Tawng, de 45 años de edad quien se encuentra en un país donde la gran mayoría de personas son budistas.
“La policía intentó arrestarlos y yo estaba preocupada por los niños”, añadió.
Los hechos tuvieron lugar durante las protestas en rechazo del golpe militar, sucedidas el pasado 1 de febrero.
Cabe señalar que los elementos de seguridad han intentado reducir a los manifestantes con el uso de gases lacrimógenos, cañones de agua, balas de goma y armas de munición real, lo que ha generado decenas de muertos y centenares de arrestos.
El grupo de manifestantes salió el pasado lunes a las calles de la capital del estado de Kachin, portando cascos y escudos improvisados.
Aunque en un principio los intentos de la religiosa por impedir un ataque tuvieron éxito, más tarde un grupo de policías abrieron fuego contra la multitud, provocando la muerte de dos hombres.
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